martes, 14 de abril de 2009

¿Facebook?

¿Facebook?

Tengo computador desde 1988 y hace ya varios años inicié un blog que todavía debe andar dando vueltas por el ciber espacio. Porque, luego de varios meses de inactividad me olvidé de la cuenta y de la clave de acceso y no pude recuperarlo, lo que me enfrío un tanto el entusiasmo por la producción virtual.

Hace tiempo atrás abrí una cuenta de Facebook y al comienzo me engolosiné con eso de decirle al mundo en lo que estoy, de mostrar mis fotos, pavonearme con mis vacaciones al extranjero y sobre todo encontrarme con amigos de juventud, enterarme si mis ex pololos siguen casados, cuántos hijos tuvieron etc. Fue lejos lo más interesante de Facebook y parece que este ejercicio emocional de recobrar el pasado es un estímulo importante para los maduritos, porque en el segundo semestre del año pasado los usuarios de Facebook de 35 a 54 años se incrementaron en un 267%.

Así aparecieron amigos del colegio, ex amigas, ex enemigas y uno que otro pinche del pasado. Cuando una amiga me tapizó el muro con comentarios privados y desubicados, ya no me agradó tanta visibilidad: también eran accesibles a mis compañeros de universidad y de trabajo. Además, rápidamente comprobé que alguna gente se toma en serio la adhesión a algunas causas, ejemplo más de alguien criticó que fuera parte de “Mar para Bolivia por el Atlántico”, olvidando que a veces nos metemos a grupos virtuales para reírnos un poco. La gota que rebasó el vaso y que me llevó a darme de baja fue la aparición de unos insignificantes ligues juveniles. Sólo pensar en reencontrarme con ellos me llevó rápidamente a convertirme en una ex chica Facebook

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